domingo, 6 de marzo de 2011

el estres en la carretera




Sabemos que hay muchos factores en la conducción que provocan estres, especialmente las retenciones inesperadas o el comportamiento egoísta y agresivo de algunos conductores.

Pero a mí hay una cosa que me estresa por encima de todo.

Vas distraído, pensando en tus cosas, tranquilo, a una marcha completamente normal, y entonces te das cuenta de que estás yendo a una velocidad superior a lo que marcan las señales de tráfico.
Así que sueltas el pedal del acelerador mientras se te cae una lágrima viendo la impresionante recta que tienes delante de ti y comienzas a ir a la velocidad marcada; los camiones te adelantan (quien no haya tenido esta experiencia, que vaya a circular por ejemplo por la circunvalación de Logroño), y los pasajeros de los autobuses te miran de soslayo cuando te sobrepasan.

Entonces te enfadas y aprietas el acelerador.

Pero el radar puede estar al acecho, atento, enmascarado en cualquier vehículo.


Y calculas mentalmente la multa que te van a endiñar según a la velocidad que vas.

Y frenas: no está el horno para bollos.

Así que te vuelven a adelantar los mismos camiones, y encima te pegan un pitido cojonudo.

Y te estresas. ¡Vaya si te estresas!

En fin. Creo que la mayoría confiamos en nosotros mismos como buenos conductores y que somos lo suficientemente responsables como para disfrutar de la conducción poniéndole al coche la velocidad que creemos que es correcta.
Son los que están menos alerta por cuestiones como las drogas, el alcohol o una marcada condición de estres los que no deberían conducir.
Son los irresponsables que circulan a altas velocidades por las ciudades poniéndonos en peligro, los que tampoco deberían conducir.
Y son los que tienen inseguridad en su propio control del vehículo los que deberían ir despacio


Todos ellos son los que causan accidentes.

Nuestra mente es una máquina perfecta cuando está en buen estado; tiene en cuenta la calzada, las condiciones meteorológicas, la estabilidad del vehículo…, y calcula una velocidad adecuada sin poner en peligro el pellejo de uno y el de los demás.
Pero esa velocidad idónea no está de acuerdo con unas señales circulares que hay por las carreteras.

Un gran filósofo dijo una vez que una de las reglas para ser feliz es ser capaz de experimentar cualquier cosa.
Y este es el remedio que te doy en este artículo para el estres y la ansiedad.

Cuando circules a 110 km/h en una autopista con cientos de kilómetros en línea recta,
o cuando te encuentres con un atasco inesperado que te va a hacer llegar tarde,
o cuando  se te ponga pegado a tu culo un vehículo deportivo con un joven conductor lleno de pendientes y piercings, y que apenas llega a los pedales, y después te adelante aprovechando el hueco que dejas al respetar tu distancia de seguridad,
o cuando no encuentres aparcamiento por el centro, 

TIENES QUE SER CAPAZ DE EXPERIMENTARLO.

Y no llegarás a casa con estres. 

No puedo acabar sin promocionar los parches AEON, específicos para el estres y fruto de numerosos estudios científicos. Pincha aquí para informarte.

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