jueves, 17 de febrero de 2011

estres: la importancia de una buena nutrición


No es lo mismo alimentarnos que nutrirnos.

Hoy en día, como ya sabemos, se abusa de “comida chatarra”; sólo párate a mirar los carros en los supermercados.
Además, resulta gracioso ver uno de estos carros lleno de comida rápida, bollería industrial, refrescos llenos de azúcares y demás, y sobresaliendo por algún rinconcito, algún yogurcito de esos de los que nos bombardean por la televisión que reduce esto o reduce lo otro.
Y allá va la buena señora, arrastrando a duras penas a sus tres chiquillos llenos de mocos, mientras disfrutan los cuatro de un jugoso donuts con su deliciosa capita de chocolate. Allá va, contenta y feliz, porque el yogurcito de marras le va a quitar su problema de lo que sea que dijo el anuncio de la televisión.

El primer factor importante es la proteína

Vivimos en una sociedad sin energía y la carencia de proteína en la dieta es demasiado común, lo que contribuye al estres, que es el tema que me ocupa; pues imagina una mente que tuviera que resolver unos catorce problemas sobre su trabajo, su familia, su comunidad, su club de aeromodelismo y su iglesia del pueblo, y que continuamente estuviera recibiendo mensajes de cansancio y agotamiento de sus células, debido a que no hay energía disponible. Sus problemas le pesarán más de lo normal, e irá por ahí con la cabeza un tanto agachada: esto ayudará a aumentar el estres.

La proteína más saludable es la vegetal y, dentro de ésta, la soja es la que más beneficios aporta. Existen hoy en día múltiples combinaciones de soja e incluso decenas de compañías de nutrición ofrecen comida en polvo a base de soja para mezclar con zumos o leche. Pero, ¡por Dios!, comprueba cuánta soja lleva el yogurcito con soja antes de meterlo al carrito.
Encontrarás proteína en el pescado, en la carne, en la clara del huevo, en el queso fresco, en el pavo… 

El desayuno debería llevar algo de proteína, no sólo hidratos de carbono.

El segundo factor importante para ayudar al estres es la ingesta de comidas ricas en vitaminas y minerales y en fibra: verduras frescas, frutas cítricas, lácteos, frutos secos, cereales integrales, legumbres… Pero de nuevo, recomiendo usar complementos nutricionales que aporten vitaminas y minerales extra, pues su ayuda al organismo es mucho más positiva de lo que se piensa; éstos se consiguen en herboristerías o en compañías de nutrición en internet, no en farmacias. (Las farmacias son las tiendas de la enfermedad. Nosotros somos el campo de la salud; las vitaminas de herboristerías llevan menos química o ninguna).

Y el último factor es una correcta hidratación de hasta incluso dos litros de agua o más diarios.

Si ya lo decía Super Ratón: no olviden vitaminarse y mineralizarse.



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